Frente al computador pienso en las palabras que puedan describir la vida en mi ciudad o mi vida en la ciudad. Pasan miles de caras anónimas que, raudas y con la mirada perdida, ven su destino incierto; me da impotencia pensar que también soy uno de esos personajes, inmerso en millones de problemas, que sólo y solo avanzo mirando el cemento que guarda cada paso dado. Hoy dije lo que sentía. Basta un paso para hacer historia.Mil caras anónimas, un personaje, millones de problemas, decir lo que se siente, un paso. Creo que me excedí, eran sólo palabras.
Las palabras van al aire y suelen dispersarse... excepto las palabras que sobran y que a veces duelen, porque se quedan metidas en el oído medio dando golpes entre estribo, yunque y martillo.
ResponderEliminarLas palabras tienen la fuerza y la convicción de quien las pronuncia, no abuses de la confianza que otros han depositado en ti, porque son ellos quienes creen o no lo que dices.